Compaginar vida laboral y familiar

Esta expresión nunca ha sido tan literal como en mi caso.
Desde que me quedé embarazada, mi idea fue la de ocuparme de mi bebé yo misma, por lo menos el primer año. No soy muy adepta a la idea de que sean los abuelos los que se ocupen, y tampoco me gustaba pensar en dejarla en la guarde con cuatro meses. Ya sé que esto es lo que hacen muchos padres del mundo, por que no tienen otras opciones o por preferencia personal, cosa que respeto y que no critico en absoluto. Pero yo prefería barajar otras opciones.
Tras mucho meditarlo, mi marido y yo llegamos a la conclusión de que era imposible que yo dejara mi trabajo, no solo por motivos económicos, que son importantes, sí, pero teníamos otros muchos motivos personales y difíciles de explicar. Trabajo en una empresa familiar, con muchos miembros de mi familia, quizá con esto lo digo todo.
En fin, que precisamente por este motivo, se me ocurrió una posible solución: organizarlo todo para traerme la niña al trabajo. Al principio los demás no lo tenían muy claro, y es cierto que había muchos inconvenientes, pero nada que no se solucionara organizandonos bien. Les pedí un mes de prueba, y si veíamos que era un problema, buscaría una guardería.
Así que el día 2 de Enero, tras mi baja maternal y con mi bebé de cinco meses, me presento en mi oficina dispuesta a demostrarles a todos que puedo compaginar mi trabajo con el cuidado de mi bebé.
Me organicé de la siguiente manera: mi oficina está dividida en dos partes, una más a la vista y más de paso, y otra a continuación, más discreta. Así que en esta segunda preparé una cuna de viaje con juguetes y una mantita, junto al radiador, y la tapé con un biombo de forja. Además me llevé el portabebés, para poder tenerla a mi lado bajo mi mesa en caso de que no quisiera dormir o llorara. En la oficina también está mi hermana, quien se ofreció a echarme una mano en lo que hiciera falta, encantada ante la idea de tener a la sobri al ladito toda la mañana. A parte de esto, hablé con mi madre y con mi suegra, las dos ansiosas por ayudar, y les propuse que se la quedaran una mañana a la semana, cosa que aceptaron entusiasmadas. Esto fue en realidad un plan estratégico, por que por un lado yo tenía una o dos mañanas a la semana libres para poder moverme, visitar a mis clientes, ir a los bancos... y por otro lado, cada abuela tenía una mañana para disfrutar a la niña, llevarla al parque, pasearla, comprarle cosas, enseñársela a sus amigas... esto me ha ahorrado muchas situaciones de compromiso por que no he tenido que hacer todo esto yo en mi tiempo libre.
Bueno, el primer mes fue todo un éxito. Llegábamos por la mañana, le daba el desayuno, se dormía una horita, luego estaba un rato en la cuna de viaje entretenida con sus juguetes, otro rato en el portabebé junto a mi mesa... se nos pasaron los meses volando, y tuvimos que añadir otros elementos según la niña fue creciendo, como un correpasillos, una pizarra con ceras para pintar, una silla de bob esponja (su favorito), pelotas, un andador con ruidos y botones... al cabo de los meses, todos los clientes estaban acostumbrados a ver a la niña y sus trastos por la oficina, algunos incluso venían a propósito a verla.
Así hemos estado hasta que Eire ha cumplido los trece meses, tan felices todos de tenerla en el trabajo, y ella encantada de estar rodeada de su abuelo y sus tíos.
Ha sido una experiencia extraordinaria, sobre todo como madre, haberme podido ocupar todo este año de su crianza. También hemos tenido momentos difíciles, sobre todo a partir de que empezó a andar, a los doce meses, que no había quien la controlara, y algunos días era agotador si había mucho trabajo ocuparme de lo mío y de que la niña no molestara y estuviera atendida. Pero ha merecido la pena totalmente.
Y esta aventura se ha acabado, por que en septiembre empezó la guardería.
Cómo son las cosas, ahora no hay día que no la echemos de menos y que no nos parezca que la oficina está vacía sin ella. Todos, incluso los que estaban más reticentes a que la trajera al trabajo, estamos deseando que llegue diciembre y las vacaciones, para poder tenerla de nuevo con nosotros.

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