Un día en: Los Angeles IMPRIMIBLE

Los Angeles es una ciudad que despierta pasiones y odios a partes iguales.  Cuando comienzas a buscar información y comentarios sobre ella, te encuentras con gente que no le gustó nada de nada y te recomienda que estés un día como mucho o que ni vallas, y te encuentras con gente que le ha encantado y que repetiría para ir muchos más días.

Bueno, mi opinión es que si vas a la costa oeste... no te puedes ir sin visitar Los Angeles.  Es una ciudad mítica donde encuentras  miles de referencias del cine a cada paso,  enormes parques temáticos, famosas playas...  ¿por qué no dedicarle por lo menos un día?

Pero cuando te pones a organizar un recorrido por la ciudad, te encuentras con un gran inconveniente, que la ciudad es tan, tan, tan enorme, que hay que organizarse muy bien para que el día realmente resulte bien aprovechado.


 Pensar que el área metropolitana de esta ciudad mide nada menos que 100 kilómetros de norte a sur... ¿os imagináis?   Esta ciudad empieza en Madrid y termina en Avila!!!!  Así que lo primero que yo le recomiendo a todo el mundo es que alquile un coche, pues moverse en cualquier transporte público puede hacerte perder un tiempo precioso.



Empecemos la ruta temprano dando un paseo por el Downtown. Tendréis que buscar un parking, a menos que sea domingo, que el aparcamiento en la calle es gratuito.  En el cruce la la 4 W St y la  S Olive St encontrareis algunos de los rascacielos más altos de la ciudad, algunos de ellos, de un diseño realmente impresionante.

Entre los edificios hay curiosas placitas llenas de fuentes y terrazas ajardinadas, por ejemplo en la parte trasera del precioso edificio Two California Plaza. Podéis acercaros a Pershing Square, un pequeño parque enclaustrado entre rascacielos. Continuando por Grand Ave hacia el noreste os encontrareis con muchos edificios emblemáticos: Walt Disney Concert Hall, Dorothy Chandler Pavilion, El Music Center, la catedral de Nuestra Señora de Los Angeles... justo al lado de la catedral está Grand Park, un agradable parque con una gran fuente central.

 Desde aquí, a la derecha por Temple St llegaréis al Court House, el precioso edificio del City Hall...

Podemos continuar caminando o mover el coche hasta alguno de los parkings de la zona de El Pueblo.

Si cruzamos la autopista por alguno de los puentes de Main St o Sping St, llegamos a El Pueblo, la zona más antigua de la ciudad, donde tuvo sus inicios. A nosotros la zona nos gustó mucho, era domingo por la mañana y había muchísimo ambiente en la calle.
 Si queréis  podéis descargar un mapa en pdf de El Pueblo, donde vienen indicados todo los edificios históricos:   http://www.ci.la.ca.us/elp/pdf/elpSiteMap.pdf

Pasando por Sanchez St os encontraréis con los edificios más antiguos de la ciudad, aunque algunos están en restauración, pero es una zona realmente interesante:  Pico House (1869), Masonic Hall (1858), Firehouse (1884)...

La plaza es una zona ajardinada y agradable donde los domingos tocan música mexicana en directo en el kiosko. A la izquierda de la plaza tenéis también algunos edificios históricos, como Brunswig Building (1888), Plaza House (1883) y la Plaza Catholic Church (1818).  Continuando de frente desde la plaza, encontramos  Olvera St y su animado mercadillo.  Es una buena zona para comprar recuerdos, darse un capricho, o picar algo en alguno de sus variados puestos callejeros.

 Es tentador, pero no tenemos todo el día... no nos podemos ir de aquí sin visitar Avila House, la casa más antigua de la ciudad (1818). Esta casa perteneció al alcalde de la ciudad de Los Angeles, Don Francisco de Avila, después fue un cuartel militar en la guerra Mexico-Americana en 1847,  a finales del siglo 19 y principios del 20  pasó por casa de huéspedes y restaurante, hasta que en  1928 fue salvado de la demolición y convertido en museo. Hoy día podéis encontrar un interesante museo con muebles y objetos de la época.

A solo unos pasos, cruzando Alameda St, llegaréis a Union Station, una bonita estación de trenes de 1939. Aunque por fuera es de un bonito estilo colonial, de fachada blanca y rodeada de palmeras, lo que impresiona es su interior, de brillantes suelos de cerámica, grandes ventanales y techos de madera.  Cuando estás en el hall, realmente parece que estuvieras en cualquier hotel elegante, pero no en una estación de tren.

Llega en momento de ir a por el coche, y trasladarnos a la zona de Hollywood Bulevard.  Subimos por Sunset Bulevard hasta enlazar con Hollywood Bulevard, antes de que te des cuenta empezarás a ver las estrellas por el suelo.  Nosotros aparcamos en la calle sin problema, pero si tenéis problemas para encontrar aparcamiento, hay algunos parkings por la zona.

Ya es cuestión de ir buscando tus estrellas favoritas en ambas aceras, y pasando por delante de sitios tan míticos como el Musso and Frank Restaurant (el restaurante más antiguo de Hollywood Blv), el Teatro Egypcio, el Museo de Cera, el Hollywood Guiness Museum, el Ripleys Believe or not Museum (con su T-Rex de cartón piedra), El Disney Studio Store,  El Capitán Theatre, El Kodak Theatre, el Chinese Theatre (con sus famosas huellas y firmas), el mítico Roosevelt Hotel... entre medias, cientos de tiendas  y puestos de souvenirs.

  La zona es mucho menos glamourosa de lo que uno podría pensar, de hecho, en algunos momentos tiene un aspecto bastante cutre, pero tiene ese puntito mítico que hace que te emociones. Desde un mirador del Centro comercial Kodak tendréis unas bonitas vistas del Hollywood Sign.

Si como nosotros, empezáis esta ruta temprano, os habrá dado tiempo a hacer todo esto antes de la hora de la comida. Por lo que es un buen momento de buscar un sitio para comer algo en alguna de las muchas pizzerias, taquerías o restaurantes de la zona, antes de seguir la ruta.

Ponemos rumbo a las colinas de Hollywood para subir por las empinadas calles repletas de casas caras y mansiones hasta llegar al observatorio Griffith.  Desde este punto tendremos preciosas vistas de toda la ciudad y del Hollywood Sign. Desde el mirador del observatorio, además, tendremos la oportunidad de tomar consciencia de la verdadera extensión de esta descomunal ciudad.

Tomamos la larguísima Western Avenue hasta enlazar con Wilshire Blv para hacer una breve parada en Hancock Park y ver La Brea Tar Pits, unos viejos pozos de alquitrán, filtrado desde hace miles de años,  que son Patrimonio Natural Nacional. Hay un museo al norte del parque donde se pueden ver los huesos hallados en estas pozas de brea, entre los que se encuentran restos de lobos, perezosos, tortugas, bisontes e incluso un mamut de la edad de hielo.  Si no queréis ver el museo, podéis asomaros a una de las pozas que hay al sur del parque, donde se puede ver la brea burbujear en el agua y las estatuas de una familia de mamuts hundiéndose en ella. A nosotros nos pareció un lugar bastante curioso.

Continuamos Wilshire para acercarnos a la famosa Rodeo Drive. Aparcamos el coche muy cerca, en una preciosa calle residencial por Reeves Dr. Y nos dimos un paseo por la mítica calle de la moda. Justo en la esquina entre Wilshire y Rodeo, frente al Beverly Wilshire Hotel (el precioso edificio de ladrillo rosa donde se alojaban los protagonistas de Pretty Woman), está uno de los puntos más interesantes de esta zona.  El resto de la calle, es una sucesión de tiendas y escaparates de mega lujo, con deportivos aparcados en las puertas, y mucha gente guapa por la calle.

Tomamos Sunset Blv y nos acercamos hasta Beberly Hills por esas largas calles flanqueadas de palmeras. En la esquina entre Beverly y Sunset nos encontramos oculto entre acacias y palmeras con el famoso Hotel Beverly Hills, el favorito de las estrellas de la edad de oro de Hollywood. No  nos podemos marchar de aquí sin echar un vistazo a este hotel con cientos de referencias al cine y la música:  donde Elisabeth Taylor pasó seis  lunas de miel, Howard Hughes reservaba nueve bungalows para él solo durante treinta años,  Katherine Hepburn se lanzó a la piscina con un caro vestido de fiesta, Spencer Tracy descansaba en las tumbonas tras los partidos de polo, John Lennon y Yoko Ono se pasaron una semana sin salir de la cama, Chaplin filmó en sus jardines...  y el precioso edificio rosa es la portada de Hotel California de los Eagles.

Ahora es un buen momento para sacar nuestro lado voyeur y darnos una vuelta por las casas de los famosos. A nosotros nos regalaron un Movie Stars Homes y nos pasamos un par de horas de lo más divertidas recorriendo las calles buscando las casas de las estrellas de Hollywood entre las mansiones de  Beverly hills y Bel-Air.   Sin mapa, igualmente podéis recorrer la zona y si no sabéis de quien son las casas, siempre os lo podéis inventar.

Depende de la época del año en que esteis y de la hora que sea,  pero este sería un buen momento para acercarnos a ver anochecer a la playa. Desde Beverly se puede coger directamente la Santa Monica Blv hasta la playa de Santa Monica.

 Si aún queda suficiente luz, en Palisades Beach podéis daros una vuelta por la mítica playa de los vigilantes,  ver sus casetas, los famosos coches amarillos... no esperéis ver a Pamela Anderson con el bañador rojo.  Desde esta playa, vimos una inolvidable puesta de sol.

Al anochecer el Pier de Santa Monica es un sitio muy animado, lleno de neones y luces de colores. A pesar del frío que hace en este sitio a la caída del sol, nos animamos a montar en la montaña rusa y pasear entre las atracciones.  Es el momento perfecto para buscar un lugar donde cenar, en el mismo Pier o en la cercana Santa Monica Promenade, donde además de decenas de restaurantes, encontraréis muchas tiendas abiertas hasta tarde.
Así que es el lugar perfecto para terminar el día... hasta que el cuerpo aguante.

Comentarios

Camila ha dicho que…
Estaba buscando datos de diversas ciudades de EEUU, ya que estaba por comprar pasajes para ir allí. Quisiera poder obtener hospedaje en los hoteles economicos para poder disfrutar de ir a uno de los países que mas me interesa conocer y hacerlo a un precio económico
Unknown ha dicho que…
Me será muy útil, me la imprimo y me la llevo a LA.

Mil gracias por el trabajazo de redactarlo.
Unknown ha dicho que…
Genial gracias

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